martes, 30 de agosto de 2016

PABLO IGLESIAS, Los que viven como el culo tienen que ajustarles las cuentas a los que viven como Dios.

Todos los partidos políticos hablan estos días de la corrupción. La oposición habla de los sobrecitos de dinero que Bárcenas repartía entre los jefes del PP, de las cuentas en Suiza, de la amnistía fiscal a los delincuentes, de la trama Gürtel... Y el Partido Popular, con la ayuda inestimable de Informe Semanal y de ciertos periodistas cortesanos, hala de los ERE en Andalucía, de Filesa, del caso Naseiro, de las cuentas de los Pujol, de la financiación irregular de Unió Democràtica... De esta manera se construye una especie de jaula de grillos de la que sólo se obtiene un mensaje: <<Casi todos roban, los políticos son en general gente deshonesta>>. ¡Como si la corrupción fuera un problema de honestidad!

Yo creo que el problema de la corrupción es otro. El problema de la corrupción es otro. El problema es que los que mandan, como grupo social, son gentuza. Son gentuza que participa de un entramado criminal de poder. Y este entramado criminal configura dos grupos sociales: por un lado, los que tienen o pueden tener cuentas en Suiza; los que reciben o podrían recibir sobresueldos en sobrecitos; los que, después de dejar un cargo público, fichan por un consejo de administración de una gran empresa multinacional; los que pueden mandar un SMS a un presentador de televisión para decirle: <<Cuidadito, chaval>>; los que no se cortan un pelo en llevar en la muñeca un reloj que puede valer diez salarios mínimos junto a una pulserita rojigualda; los que en definitiva viven como Dios, sean más honestos o menos. Y, por otro lado, están los estudiantes que no se pueden pagar la carretera; la gente que pierde la ayuda de los cuatrocientos euros; los jubilados que tienen que pagar un euro por receta; los pacientes de un sistema sanitario privatizado; los desahuciados de sus casas; los parados; los que en definitiva viven como el culo, sean más honestos o menos.

Por eso la corrupción no se puede combatir sólo con leyes de transparencia o con auditorías. Para combatir la corrupción, los que viven como el culo, que son la mayoría, se tienen que organizar políticamente para ajustar cuentas con los que viven como Dios.



PABLO IGLESIAS.
<<Los que viven como el culo tienen que ajustarles las cuentas a los que viven como Dios>>
(23/01/2013)

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